August 2, 2024 By FranklinCovey Guatemala

No tengo tiempo para adquirir nuevas habilidades

En muchas organizaciones, el tiempo es escaso y siempre estás bajo presión. Aún así, te debes a ti mismo desarrollar tus habilidades. ¿Por qué? Para mantenerte a la vanguardia de los avances en tu campo, mantener fluyendo tu energía creativa y seguir contribuyendo a tu empresa a un alto nivel.

¿Qué puede estar pasando?

  • La urgencia de las actividades diarias ha eclipsado la importancia del crecimiento profesional y del aprendizaje en tu vida laboral.
  • Has estado esperando que tu jefe u organización dirigiera tu aprendizaje, en lugar de tomar tú la iniciativa.
  • La habilidad que te gustaría aprender es tan grande o desalentadora que no estás seguro de cómo empezar.
  • La habilidad que te gustaría aprender está fuera del ámbito de tu trabajo actual.
  • No sientes que tengas apoyo de tu jefe o de otras personas de tu empresa para probar cosas nuevas.

Formas de manejarlo:

1. Haz del aprendizaje una prioridad.

El día que te comprometas a aprender nuevas habilidades, en lugar de posponerlo continuamente, será el día en que empieces a desarrollar más tu potencial. Aprender cosas nuevas puede ayudarte a mantener tu mente despierta, tus habilidades laborales al día, y el aburrimiento y el estancamiento a raya.

2. Céntrate en una habilidad que realmente te importe.

Se necesita tiempo y práctica para llegar a ser bueno en algo. ¿Qué posibilidades tienes de seguir motivado si la habilidad que eliges te aburre? Ninguna. Por eso es tan importante centrarse en algo que prácticamente te dé ganas de saltar cada vez que te imagines triunfando en ello.

Si no estás seguro de qué es ese algo, observa atentamente a las personas de tu red que te gustan, admiras y respetas. ¿Qué hacen bien (por ejemplo, desactivar las interacciones difíciles con los clientes o producir vídeos llamativos para las redes sociales)? ¿Podrías verte trabajando para conseguir algo parecido?

3. Habla con tu jefe sobre tus objetivos de aprendizaje.

Si has estado demasiado ocupado para pensar en tu desarrollo profesional, intenta tener una conversación sincera con tu jefe. Puede que tengan algunas ideas estupendas sobre expertos o contactos con los que puedes ponerte en contacto, proyectos en los que podrías trabajar y que te permitirán utilizar lo que aprendas, y mucho más.

Por ejemplo:

“Últimamente he estado tan ocupado que no he tenido mucho tiempo para aprender nuevas habilidades. Por ejemplo, me encantaría aprender a diseñar encuestas a los clientes, que podrían ayudarme a obtener información para hacer mejor mi trabajo y permitirme crecer profesionalmente. ¿Podríamos hablar de algunas ideas sobre cómo puedo incluir esto en mi horario?”

Una vez que hayan intercambiado ideas, informa sobre tus esfuerzos de creación de habilidades en tus reuniones periódicas individuales. Esto te mantendrá motivado. Además, tu jefe apreciará tu iniciativa y tu deseo de mejorar: la mayoría de los jefes valoran estas cualidades en los miembros de su equipo.

4. Divide la habilidad que te gustaría aprender en pequeños pasos.

Digamos que te gustaría convertirte en un mejor comunicador. Suena muy bien. Pero es fácil sentirse abrumado por un objetivo de aprendizaje tan grande y no empezar nunca.

Planificar y luego dar pequeños pasos a lo largo del tiempo puede ayudar:

  • Empieza por pensar en todo lo que tendría que ocurrir para que mejoraras en la habilidad que has elegido. Digamos que esa habilidad es comunicarse efectivamente. Tal vez necesites mejorar tu redacción de correos electrónicos, utilizar una gramática correcta y convertirte en un orador elocuente y persuasivo bajo presión.
  • A continuación, céntrate en lo más importante de tu lista, que dependerá de tus circunstancias. Digamos, para el ejemplo anterior, que la mala gramática está minando realmente tu credibilidad.
  • Elige algo pequeño que puedas hacer para mejorar, preferiblemente algo que sea relativamente fácil de encajar en tu horario. Digamos que uno de tus errores gramaticales habituales es confundir “es tuyo” con “tú eres”. Cada día, en el tren hacia el trabajo, podrías escribir una frase utilizando cada una de estas frases correctamente.
  • Sigue adelante y felicítate. Acabas de dar el primer paso para convertirte en un mejor comunicador. Dale tiempo, y cuando empieces a notar la mejoría, averigua cuál es el siguiente paso de tu lista.

5. Programa tiempo para desarrollar habilidades, aunque sólo sean unos minutos a la semana.

Bloquea en tu calendario un tiempo regular para aprender, preferiblemente a la misma hora y en el mismo lugar, lo que te ayudará a crear una rutina. Aunque sólo dediques 15 minutos cada viernes a una tarea menor, como ejercicios de escritura, verás cómo progresas poco a poco.

6. Encuentra o crea una comunidad de otras personas interesadas en la misma habilidad.

Mesas redondas, conferencias… hay una razón por la que este tipo de eventos florecen. El apoyo de otros que buscan dominar las mismas habilidades puede ser increíblemente motivador. Investiga un poco en internet para encontrar uno. Si no encuentras nada, puedes crear un grupo tú mismo, ya sea con colegas o con personas ajenas al trabajo. Pueden intercambiar historias y consejos, aprender nuevas perspectivas unos de otros, animarse mutuamente cuando las cosas se ponen difíciles, poner a prueba sus habilidades en un entorno seguro, unir recursos para traer a ponentes expertos y celebrar los hitos.

7. Busca oportunidades de aprendizaje en todas las facetas de tu vida, no sólo en tu vida laboral.

La mayoría de las habilidades pueden aplicarse a múltiples aspectos de la vida. Así que ¡ponte creativo! Por ejemplo, puedes aprender a pedir opiniones a tus amigos y familiares; mejorar en diseño gráfico creando un cartel para un grupo de música local; mejorar en metalistería creando una obra de arte con materiales encontrados; o desarrollarte como líder ofreciéndote voluntario para dirigir un acto para una organización sin ánimo de lucro con pocos recursos.