¿Por qué hacerlo?

Cuando uno se siente muy identificado con un tema, es fácil dejarse llevar por el deseo de ganar (y querer que la otra persona pierda). Pero con una mente abierta y la voluntad de escuchar, puedes convertir a un adversario potencial en un colaborador: En lugar de discutir sobre “a mi manera” o “a tu manera”, pueden trabajar juntos para intentar encontrar una tercera alternativa: “a nuestra manera”- que ofrezca un resultado aún mejor.

Cómo hacerlo:

1. Invita a la otra persona a colaborar contigo para encontrar una solución mejor que la que cualquiera de los dos tenía en mente.

Podrías decir: “¿Estarías abierto a intentar encontrar una solución mejor que la que hemos encontrado por nuestra cuenta?”

2. Definan lo que es más importante para cada uno de ustedes.

Es más probable que se llegue a una solución deseable si se entiende perfectamente el punto de vista del otro. Aprende lo que la otra persona valora preguntando:

• “¿Cuál es tu principal prioridad aquí? Me interesa lo que quieres conseguir”.
• “¿Qué aspecto tendría la mejora para ti?”
• “Te escucho decir… ¿Estoy en lo cierto?”

Una vez que entiendas de dónde vienen, aclara tu perspectiva. Podrías decir:

• “Ahora que entiendo tu punto de vista, me gustaría compartir el mío”.

Una vez que ambos hayan tenido la oportunidad de compartir, podrías dar un paso atrás para ver el panorama general. Podrías decir:

• “Revisemos los resultados en los que ambos estamos de acuerdo. Creo que ambos estamos de acuerdo en que … . ¿Es eso correcto?”
• “¿Qué tendríamos que abordar para constituir una gran solución para ambos?”

3. Juntos, hagan una lluvia de ideas y anoten las soluciones, cuantas más mejor.

Durante la lluvia de ideas, no juzgues ni critiques las posibles soluciones. En su lugar, piensa en cómo aprovechar las sugerencias de la otra persona. Por ejemplo, “Me gusta tu idea de retrasar la fecha de la actualización completa del producto. ¿Y si lanzamos algunas de nuestras nuevas funciones mientras tanto para mantener a los clientes entusiasmados?”. Y no tengas miedo de ofrecer ideas descabelladas: podrías inspirar una nueva línea de pensamiento o dar con algo que funcione.

4. Acordar la nueva solución más prometedora para probar.

A partir de las ideas que se hayan barajado, identifica la solución que ofrezca el mejor resultado posible para todas las partes. A continuación, determina los primeros pasos para ejecutarla y quién debe hacer qué.