January 30, 2024 By FranklinCovey Guatemala

El coaching no funcionó cuando lo intenté

Has probado el coaching, pero no te ha llevado a ninguna parte. ¿Qué ha fallado? ¿Merece la pena volver a intentarlo?

¿Qué puede estar pasando?

Tus habilidades como entrenador se quedan un poco cortas.

Intentas resolver el problema en lugar de dejar que el coachee lo resuelva.

Los problemas personales complican el proceso.

No estás delegando suficientes responsabilidades.

No proporcionaste feedback sobre el progreso del coachee.

No todos los problemas y situaciones se prestan al coaching.

Maneras de manejarlo:

1. Autodiagnostica tus habilidades de coaching.

Repasa la sección Cómo entrenar a alguien e intenta identificar qué pasos has dado bien y cuáles podrías mejorar. Si no estás seguro, considera la posibilidad de grabar tu próxima sesión de coaching. Después, vuelve atrás y escúchate. ¿Estás guiando a la persona de forma eficaz y dejando que descubra la solución al problema o le estás diciendo lo que tiene que hacer?

2. Entrénate en coaching.

Aplica el mismo proceso de coaching a ti mismo. ¿Cuál es tu objetivo SMART del coaching? ¿A qué distancia estás de alcanzarlo y cómo podrías conseguirlo?

3. Intenta identificar cualquier problema personal que pueda complicar el coaching.

Por ejemplo, el estrés personal o una dinámica interpersonal tensa entre tú y el coachee podrían interponerse en tu camino. Si permites que este tipo de problemas interfieran en el proceso de coaching, te resultará difícil permitir que la persona a la que estás asesorando resuelva el problema por sí misma.

4. Deshazte de tu deseo de responsabilizarte del problema.

Si esperas que el coachee resuelva este problema en el futuro, tienes que concederle permiso para resolverlo, así como la autoridad necesaria para hacerlo. Fortalecer a los demás no te debilita a ti. Todo lo contrario.

5. Centrarte en hacer preguntas y escuchar.

Vuelve siempre a preguntar y a escuchar cuando te encuentres hablando del tema en cuestión. Limita tus comentarios a cómo funciona el proceso. Deja que el coachee resuelva el problema. Tú estás ahí para guiar el proceso, no para elegir la solución adecuada.

6. Intenta ser un mentor o una autoridad.

El coaching no funciona en todas las situaciones. Puede que no tengas tiempo o que un miembro del equipo se resista o incluso no quiera participar en el coaching. En algunos casos hay que adoptar un enfoque diferente. Entrena cuando puedas, pero ten a mano un conjunto completo de técnicas de formación y gestión. La tutoría se centra en utilizar tus conocimientos y experiencia personales para dar sugerencias y consejos. Ser una autoridad se centra en orientar a la otra persona sobre cómo hacer algo. Ambas técnicas pueden ser eficaces.

7. Trabaja con un entrenador experimentado para diagnosticar y mejorar tus habilidades.

Si sigues atascado, puedes intentar trabajar con un coach interno o externo con experiencia que te ayude a identificar qué falló y cómo mejorar. Por ejemplo, si tu jefe es un coach eficaz, probablemente pueda ayudarte.