September 23, 2024 By FranklinCovey Guatemala

Cómo construir tu reputación como líder

Muchos gerentes asumen sus roles, realizan múltiples tareas, toman decisiones y mantienen a sus equipos en funcionamiento sin pensar mucho en cómo lideran y cómo los ven los demás.

Pero cuando determinas deliberadamente por qué te gustaría que te conocieran como líder, tendrás un resultado deseado por el que trabajar y podrás priorizar las acciones con más probabilidades de ayudarte a obtener los resultados que deseas en tu trabajo y en tu carrera.

1. Escribe los atributos de liderazgo que quieres proyectar.

¿Quieres que te conozcan por estar orientado a los resultados, por ser estratégico e innovador, por crear una cultura de equipo colaborativo y unido, o por algo totalmente distinto?

Para limitar tus ideas, hazte preguntas como:

  • ¿Qué es lo que ya haces bien? A veces a las personas les cuesta ver sus puntos fuertes porque los dan por sentados. Si no puedes nombrar fácilmente uno o dos de tus puntos fuertes, piensa: ¿Por qué sueles obtener reconocimiento? Intenta escuchar las palabras que utilizan los demás cuando te hacen comentarios sobre tu estilo o actuación. ¿Surge algún patrón?
  • ¿Qué te motiva en el trabajo? Querrás incorporarlo a tu reputación para que tus esfuerzos diarios te resulten energéticos y satisfactorios.
  • ¿Qué quieres conseguir en tu carrera? ¿Y qué habilidades necesitarás para llegar adonde quieres ir? Aunque ahora sean puntos débiles, centrarte en ellos puede prepararte para el éxito futuro. Por ejemplo, si quieres convertirte en ejecutivo pero eres un comunicador verbal débil, podrías determinar que te gustaría ser conocido como persuasivo.
  • ¿Qué respetas de los líderes de éxito que te rodean ahora o en el pasado? Puede ser difícil elegir cualidades como “inclusivo” o “colaborador” de la nada. Así que empieza por las acciones concretas que llevan a cabo estos líderes, por ejemplo, él se asegura de saludar a todo el mundo cuando llega por la mañana, o ella siempre me pide mi opinión antes de tomar decisiones que afectan a mi trabajo.
  • ¿Qué es lo que más necesitan tu equipo y tu organización, ahora y en el futuro inmediato? Si no estás seguro, pregunta a tu jefe, a tus compañeros y a tus colaboradores directos. Una vez que lo sepas, piensa cómo podrías contribuir mejor a satisfacer esas necesidades.

2. Utiliza lo que has anotado para crear una declaración de misión personal.

A partir de lo que has aprendido sobre tus propios puntos fuertes, pasiones y objetivos, y de los rasgos que admiras en los demás, decide por qué quieres que te conozcan como líder. Céntrate en uno o dos aspectos clave que te entusiasmen más, te ayuden a llegar adonde quieres ir en tu carrera y se alineen con lo que tu equipo y tu organización necesitan.

Intenta que tu declaración sea breve y sencilla, como una declaración de objetivos. Por ejemplo “Quiero que se me conozca como un directivo solidario que desarrolla efectivamente a los futuros líderes de la empresa”.

3. Enumera las acciones que tendrás que emprender para cumplir tu declaración personal.

Cuando traduzcas tu afirmación general en acciones concretas y cotidianas, te harás una idea clara del tipo de tareas y hábitos que te llevarán a conseguir tu objetivo.

Asegúrate de añadir suficientes detalles -incluyendo quién, qué y cuándo- para que sea fácil saber si estás teniendo éxito. Por ejemplo, si quieres que te conozcan por desarrollar efectivamente a los futuros líderes de la empresa:

  • Pobre: Entrenar a mis colaboradores directos.
  • Mejor:
    • Comprueba mensualmente los objetivos profesionales y el desarrollo de los colaboradores directos en reuniones individuales.
    • Asigna una tarea de estiramiento a cada colaborador directo por trimestre y dale al menos tres comentarios relacionados con ella por semana.
    • Instituir una política en la que los colaboradores directos se turnen para dirigir las reuniones de nuestro equipo de forma rotatoria, para adquirir experiencia en la facilitación de reuniones.
    • Añadir un punto mensual en la agenda de las reuniones individuales con mi jefe para hablar de las trayectorias profesionales de mis colaboradores directos.

Enumera también qué obstáculos es probable que encuentres al emprender estas acciones y piensa en formas de superarlos. Por ejemplo, ¿qué harás si tu equipo recibe un proyecto de gran volumen que ocupa todo su tiempo, pero sólo supone trabajo mundano para tus colaboradores directos más experimentados? Tal vez podrías preguntar a los miembros experimentados del equipo si están interesados en ser mentores de los compañeros menos experimentados en el proyecto. De este modo, los expertos adquieren experiencia en la orientación, mientras los novatos aprenden nuevas técnicas.

4. Comunica cómo quieres que te vean como líder a tu jefe, a tus compañeros y a tu equipo.

Cuando los demás conozcan tu objetivo, estarán mejor preparados para darte su opinión sobre lo que haces bien y lo que no. También podrán darte nuevas ideas que te ayuden a tener éxito.

Por ejemplo, podrías solicitar aportaciones:

  • De tus colaboradores directos: “Realmente quiero desarrollar a los futuros líderes de la empresa. ¿Qué más puedo hacer para ayudarte a crecer en tu puesto o a prepararte para el siguiente?”
  • De tu jefe: “Me gustaría trabajar en mis habilidades de coaching para poder ayudar a mis colaboradores directos a convertirse en futuros líderes de la empresa. ¿Podríamos discutir algunas ideas sobre cómo podría mejorar?” 

Además, compartir tu reputación deseada puede ayudar a la gente a conocer mejor tu estilo y tus prioridades rápidamente, casi como proporcionar instrucciones de funcionamiento que pueden ayudar a los demás a entender tus expectativas y a trabajar contigo con más eficacia. Un directivo que conocemos reparte una hoja titulada “Cómo es trabajar con Megan” a los nuevos miembros de su equipo como parte de su proceso de incorporación. Prueba a escribir frases como: “Si estás en mi equipo, puedes esperar _______”.

5. Alinea tus perfiles online y cómo te presentas con tu declaración personal.

Los candidatos a un puesto de trabajo, los colegas, los clientes y otras personas seguro que te buscan en Internet. También es probable que te presentes de una determinada manera en reuniones con clientes y en actos profesionales. ¿Los mensajes que envías -tanto en línea como en persona- están en consonancia con la declaración personal que intentas hacer como líder?

Si no es así, actualízalos. Por ejemplo, tus perfiles en Internet pueden hacer hincapié en tus anteriores empleadores, funciones laborales y formación académica. Pero si no hay nada allí que refleje tu declaración personal -por ejemplo, tu compromiso con el desarrollo de los colaboradores directos-, añade algo al respecto en tu resumen o en tu lista de logros. O pide a los colaboradores directos a los que hayas ayudado en el pasado (no sólo a antiguos jefes) que escriban recomendaciones. Piensa también en el mensaje que transmite tu foto.

En cuanto a cómo te presentas normalmente, en lugar de una declaración genérica, como “Soy gestor de éxito de clientes en la empresa X y llevo allí tres años”, alinéala con una declaración personal orientada al equipo diciendo: ” Ayudo a servir a los clientes y a desarrollar líderes prometedores en la empresa X”.

6. Establece recordatorios para reflexionar sobre tus progresos o los cambios que te gustaría hacer.

La mejor narrativa profesional del mundo no resonará ni se afianzará si en realidad no la llevas a cabo. Es fundamental que te pares a reflexionar sobre cómo lo estás haciendo. Así que asegúrate de levantar periódicamente la vista de tu trabajo diario para evaluarte. Marca en tu calendario un intervalo de tiempo adecuado, quizá trimestral, y hazte preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué he hecho o logrado que esté en consonancia con la reputación de liderazgo que deseo?
  • ¿Qué más puedo hacer en el futuro para consolidar la reputación deseada?
  • ¿A qué he estado dedicando tiempo que va en contra de mi reputación deseada? ¿Cómo puedo hacer menos de eso en el futuro?
  • ¿Mi reputación de liderazgo sigue alineada con lo que quiero conseguir y/o con lo que necesita mi empresa? Si no es así, ¿cómo debería cambiar?

Ten en cuenta que tu misión personal cambiará con el tiempo a medida que adquieras nuevas habilidades y avances en tu carrera, a medida que cambie tu equipo o a medida que cambien las circunstancias y prioridades de tu empresa.