November 9, 2020 By FranklinCovey Guatemala

Confiar o no confiar

La confianza es central en la gestión de un líder y en nuestra vida personal. Tal como dice Stephen M.R. Covey: ¡La Confianza lo afecta todo! Una de las claves de un buen líder es crear un ambiente de confianza, en el cual todas las personas se sientan trabajando a gusto, sin temores, con libertad para expresarse, donde se favorezca la iniciativa y se premie la innovación y en el cual los errores se consideren parte del proceso de aprendizaje.

Para construir este tipo de relación interpersonal hay que invertir en conocerse y antes de eso fortalecer nuestra credibilidad personal. Ser creíble o ser confiable es construir confianza. Les pregunto, si tuvieran que diferenciar entre confianza y credibilidad, ¿cómo definirían estas dos palabras? ¿Puede haber confianza sin credibilidad? Según Stephen M.R. Covey no puede haber confianza sin credibilidad. La credibilidad es la confianza en nosotros mismos, está asociada a nuestra integridad personal, a la relación entre nuestras acciones y nuestras palabras. Soy creíble cuando lo que prometo lo cumplo. Soy creíble cuando honro mis principios inclusive en las situaciones más difíciles. Tiene que ver con ser consistente con nuestras acciones. Así que construir nuestra credibilidad alimenta y hace viable las relaciones de confianza.

¡Podríamos decir que el ejercicio de la confianza requiere madurez y a la vez construye madurez! ¡Y también podríamos ver la confianza como una apuesta!

La confianza es una apuesta que se hace en el comportamiento esperado, integridad y carácter moral de otra persona. Apostamos a que las cosas van a salir de acuerdo con lo planeado, que los acuerdos hechos se cumplirán tal como lo prometimos, y no siempre es así. Fluctuamos, a veces sí, a veces no, por eso el tema de la consistencia es tan clave para construir confianza a largo plazo.

Una definición generalmente aceptada plantea que la confianza es la disposición que una persona tiene a depender en alguna medida de las acciones y decisiones de otra persona, en una situación en la que no es posible evitar el riesgo.

De acuerdo a Deutsch (1962), es necesario considerar que siempre hay un factor de riesgo, ya que el confiar en alguien puede llevar a consecuencias muy beneficiosas. Pero también podría llevar a una situación de daño para sus necesidades y metas. ¡Confiar es arriesgarse! Uno se da cuenta de que los resultados dependen de otra persona. Por lo tanto, debe evaluar si los costos superan a los beneficios.

Al hacer la elección de confiar en una persona existe la percepción de que su decisión lo podría llevar a ganancias o a pérdidas. Y que depende de otros. Esto parece muy complicado de lograr, pero no hay otra posibilidad para formar relaciones cercanas y duraderas.

Esta vez resaltaremos tres tipos de comportamiento que disminuyen la confianza en una relación:

La falta de respeto, o sea el uso del rechazo, el ridículo como respuesta a la exposición del otro.

Hacer retiros constantes en la relación, criticar, disminuir, invalidar y no corresponder al otro que se expone y muestra vulnerable.

El no ser leal, cuando la otra persona comparte sus pensamientos, ideas, sentimientos, juicios y percepciones y luego desconocerlos, tergiversarlos y compartirlos con otros sin su autorización.

Necesitamos ser prudentes al “confiar”. No siempre es adecuado confiar o confiar ciegamente. Hay oportunidades en que no es aconsejable mostrar sus pensamientos, sentimientos o reacciones a otra persona. Es claro que hay gente que no se comportará de manera confiable si uno se ha mostrado vulnerable.

Por lo tanto, se necesita habilidad para decidir cuándo es apropiado ser confiado y cuándo no es aconsejable. Es necesario desarrollar la capacidad de evaluar la situación y tomar una decisión lúcida acerca de cuándo, con quién y cuánto confiar.

La confianza es apropiada solo cuando existe una seguridad relativa de que la otra persona se comportará de tal forma que las probabilidades de beneficiarse son mayores que las de perjudicarse. Y cuando uno está seguro de que el otro no se aprovechará de nuestra vulnerabilidad.

Para reflexionar sobre este tema tan interesante, a continuación las siguientes preguntas:

  • ¿Le es fácil o difícil confiar?
  • ¿Cuándo ha tenido malas experiencias en relación a la confianza, se siente parte del problema o usualmente culpa al otro?
  • ¿Se ocupa de construir su propia confiabilidad o credibilidad para abonar a sus relaciones de confianza?

“La rapidez surge cuando las personas, tienen una verdadera confianza mutua”.

Edward Marshall

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